viernes, 3 de mayo de 2013

LOS NUEVOS REYES DE HOLANDA

Guillermo Alejandro y Máxima, nuevos reyes de Holanda

             

El hijo de Beatriz fue entronizado pocas horas después de la abdicación de ésta, quien estuvo al frente de la monarquía durante 33 años, en el marco de una ceremonia a la que asistieron delegaciones de distintas partes del mundo. Su esposa, de origen argentino, es desde ahora la reina consorte

Guillermo-Alejandro y su esposa Máxima, de origen argentino, se convirtieron este martes en reyes de Holanda tras la abdicación de la reina Beatriz, en el primer relevo monárquico del siglo XXI en Europa.

"Juro ante los pueblos del Reino observar y respetar siempre el Estatuto del Reino y la Constitución", proclamó el nuevo monarca, de 46 años, en la medieval Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) de Amsterdam.

En este templo de estilo gótico, cubierto de flores de colores, se celebró la ceremonia oficial de entronización pocas horas después de la abdicación de Beatriz, quien estuvo en el trono durante 33 años.

"¡Qué Dios me ayude!", rogó Guillermo-Alejandro, que llevaba frac, corbata blanca y un manto de armiño.

Tras la jura, fue oficialmente investido Rey por parte de los Estados Generales (Senado y Cámara Baja) y de los territorios caribeños y antiguas colonias de los Países Bajos (Aruba, Curazao y Sint Maarten).

"Símbolo de continuidad y de unidad"

"Mi querida madre: usted se desempeñó como Reina con plena conciencia de las responsabilidades que ello implica y se dedicó de lleno a las obligaciones inherentes a su cargo. Con la ayuda de mi padre [el príncipe Claus, fallecido en 2002], usted creó un estilo monárquico propio. En medio de la tempestad, usted mantuvo la calma", señaló el Rey en su discurso.

"Somos personas diferentes, en épocas diferentes. La monarquía no es estática. Se ha ido adaptando a las distintas circunstancias dentro del marco de nuestras reglas constitucionales", destacó.

"Al mismo tiempo, la Monarquía es símbolo de continuidad y unidad. Representa un vínculo con nuestro pasado como nación", subrayó.

Su Madre, la ahora princesa de Holanda, de 75 años, no dejó de hacerle guiños de aprobación. A su lado estaba su nieta e hija mayor del monarca, Amalia, de nueve años, quien pasó a ser Princesa de Orange, título de la heredera, y las pequeñas princesas Alexia y Ariane, todas vestidas en azul por la firma belga Natan.

"Con el apoyo de mi esposa Máxima, que es plenamente conciente de su responsabilidad, les aseguro que pondré todo mi esfuerzo y dedicación para cumplir la tarea", prometió Guillermo-Alejandro, en la misma Iglesia donde la pareja se casó hace once años.

Visiblemente emocionada, la reina consorte argentina impactó con un vestido azul Francia de gasa del diseñador holandés Jan Taminiau, con aplicaciones de pedrería y cristales y una despampanante tiara de diamantes y zafiros.

A la ceremonia asistieron representantes de las casas reales de todo el planeta, entre ellos el príncipe heredero de la Corona española, Felipe de Borbón, y su esposa, Letizia; y el príncipe Carlos de Inglaterra, heredero del trono británico, y su esposa Camila, así como el príncipe Alberto II de Mónaco.

También estuvo presente la princesa Masako, la esposa del príncipe heredero de Japón, Naruhito, en lo que constituye su primer desplazamiento al extranjero en varios años.

Amsterdam está de fiesta

Unas 25.000 personas -según la policía- vestidas de pies a cabeza de naranja, como corresponde a la Casa de Orange, la dinastía reinante, se congregaron desde temprano en la Plaza Dam, donde se trasmitió la ceremonia por una pantalla gigante.

"Gracias Bea", gritaban los holandeses, en la emblemática plaza. Un argentino esgrimía una bandera que rezaba: "Gracias Holanda por amar y confiar en Máxima".

Una marea naranja de 800.000 personas inundaron los canales y plazas de la ciudad para el evento que tendrá un costo de 11 millones de euros, según el ayuntamiento. Más de 10.000 policías fueron desplegados.

Guillermo-Alejandro es el primer rey varón de Holanda de los últimos 123 años y junto a su esposa, conformará la pareja más joven de las monarquías occidentales.

El nuevo Rey fue uno de los primeros que se casó por amor con una joven sin sangre azul, que además no era holandesa, sino sudamericana.

"Los holandeses han sucumbido a los encantos de Máxima: es inteligente, pragmática y de una simpatía arrolladora", consideró Fred de Graaf, presidente del Senado de Holanda, en diálogo con la AFP.

La historia de amor de la pareja está lejos de ser un cuento de hadas. La clase política holandesa y la mayoría de los ciudadanos veían con suma preocupación la elección, por el pasado del padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, secretario de Agricultura durante la última dictadura argentina (1976-1983).

"Generó mucho revuelo. Finalmente se decidió que el padre no viniera a la boda. Esta vez, para evitar nuevos debates, Máxima se adelantó al anunciar que sus padres tampoco asistirían a la entronización", contó De Graaf.

Por la noche, Guillermo-Alejandro dio un paseo junto a Máxima, enfundada en un vestido borravino, y sus tres hijas por los canales de Amsterdam. A partir de ahora, todas las miradas estarán puestas en la pareja. 



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