miércoles, 4 de junio de 2014

Letizia, la mujer del diente

La Mujer del Diente 




domingo, noviembre 02, 2003

"Qué caro estamos pagando las paperas que tuvimos cuando impartieron el módulo Fellatio y Campanilla, ecuación de éxito. Casi no he podido dormir".

Pues sí. Son palabras del Gran Chambelán JA. En realidad, no son palabras. Son el Oráculo. Son La Verdad Suprema. Son La Revelación.

Hoy hablaré de ella. De la futura SAR de España. De Leti Dentada. La Reina Leti. La Leti Queen. Queenie Leti Dentada.

Ella. Escalofriante Realidad.

Yo soy una de Esas Mujeres que tienen un Pasado. Lo dije el viernes y hoy lo repito. Y en mi pasado está Ella. La Mujer del Diente.

Cuando la conocí, claro, nadie podía imaginarse que iba a llegar a ser Reina de las Españas. Una especie de Paca Rico en versión Siglo XXI. Aunque ya entonces era Esclava de la Mecha. Claro, viviendo en Moratalaz y teniendo que pagar Un Capital para pagarse la matrícula —ella fue una de las Pioneras en poner a caldo a Esa Gran Dama de la Cultura llamadaGustavito Pillapalos por la Subida de las Tasas—, todo el dinero se le iba en peluquería y twin-sets de lana (con mucha pelotilla), así que no tenía para arreglar su problema: el diente. O más concretamente, la ausencia de diente. El primer molar del lado derecho. ¿O era el izquierdo? Da igual. Allí estaba, palmaria: La Mella Capital.

Leti Dentada, que se presentó a delegada de curso (porque ella era así, ese tipo de Mujer que quiere ser Delegada de su Clase), estudiaba por entonces La Carrera (Periodismo, no Prostitución... Aunque, bueno, en el fondo tampoco hay tanta diferencia: hay que tener una gran garganta y muuuuuchas tragaderas para llegar a algo en esa Casa de Putas llamada Periodismo... y TVE, ¿verdad, querida?). Pero Ya entonces Ella Aspiraba a llegar Muy Alto.

Tal vez por eso, cuando se enteró de que mi amiga M. era hija de la directora de una conocida revista femenina súper Cosmo-pausa-Polita, se pegó a ella como liendre a vaso capilar. Porque ella era así, súper sincera en sus afectos. Tan sincera que, si sabía que tú eras amigo de M., te perseguía, literalmente, por los pasillos para que se la presentases y luego, como ella era así, sincera, sí, pero un poco olvidadiza, pues luego If I see you, I don't remember you at all, dear. Claro. Súper. La más. Y sin diente. Mellada Viva. Pero con mucha mecha. Porque ella siempre, siempre, siempre presumió mucho de pelo. "Soy rubia natural" era una de sus divisas. Sí, bonita, tú eres rubia natural... Y Yo, María de Rumanía.

En fin, el caso es que, como soy Una Mujer que Tengo Un Corazón que no me cabe en el Pecho (y eso que Dios fue generoso conmigo en este y otros negociados), en el tercer curso de esa gymkana intelectual llamada Periodismo propuse hacer una colecta entre toda la clase para comprarle un diente. Porque, además, ella era de Ese Tipo de Mujer que se ríe con la boca Muy Abierta. Y claro, cuando le veía la encía desnuda, a mí me daba la erisipela. Porque Yo soy Súper Fan del Mundo Diente. Todos, a ser posible.



Bueno, pues propuse La Idea y cuál no sería mi sorpresa al comprobar que nadie estaba dispuesto a rascarse el bolsillo por Ella, conocida entre sus compañeros con el apodo de Leticia-La-Ficticia (hoy, Leti Dentada). Todos la odiaban a la pobre, que no le había hecho mal a nadie, que no se movía de su cloaca si no era para pegarte una Puñalada Trapera —porque Ella, Ya por entonces, era Muy de dar puñaladas a traición con una sonrisa tipo teclado de un Steinway o, mejor, de un clavicordio muy, muy baqueteado (sí, además de un implante odontológico, Leti Dentada echó la casa por la ventana cuando empezó a trabajar en CNN+ y se sometió a un rabioso blanqueado dental tipo Cal Viva)—, ella que no Ganó las Elecciones para Delegada, ella, que era Todo Corazón... Y Cabeza. Todos y cada uno de sus compañeros La Odiaban. De Ficticia pasó a ser conocida, simple y llanamente, como La Arpía. Pobre. Incomprendida, seguramente.

Luego (afortunadamente) la perdí de vista. Se fue a México a hacer un máster. Jajajajajajaja. Y lo siguiente que supe de ella es que estaba en CNN+, donde sus compañeros de plató (y de piso) la tenían por:

a) Una Perra Fría y Sin Corazón.

b) Una mujer casquivana... con la que más valía no enfrentarse.

c) Un monstruo con más caras que una Hidra.

Y la volví a peder de vista. Porque yo, en cuanto la vi en pantalla con Todos Los Dientes (algunos de ellos, evidentemente, un tanto artificiales), perdí todo interés en ella. Eso sí: el acento de Morataz —porque ella era muy de Moratalaz, pero muy, muy (Oviedo, Oviedo, jajajajajaja)— se había esfumado como por encanto. En su lugar, Leti Dentada había adquirido una pátina algo más satinada, una Adicción al Maquillaje Base ciertamente preocupante (y yo diría que hasta Letal), y una Slíquida bastante impostada que, como todo en ella, se ha ido puliendo con tiempo (todo, sí, incluido el paladar, ¿verdad, bonita?). 


"LetiCia" con ortodoncia


Bueno, pues lo siguiente que supe de ella fue que Freddy Urdaci, que como todo el mundo sabe es todo, pero todo Corazón, la cogió de la mano, la tomó bajo su protección —porque Ella es ese tipo de Mujer Indefensa que reacciona muy, pero que muy bien al tratamiento Sugar Daddie—, la metió con calzador en TVE y, a los cinco minutos —¡sorpresa!— estaba presentando el Telediario al grito de: "¡Que echen a esa perra!" (esa perra era Anita Blanco, que cuando llegó de vacaciones le dijo: "Leti-tesoro-corazón-vida, ¿ves esa puerta? Pues ciérrala... por fuera").

Pero Papá Urdaci no iba permitir que la pobre e indefensa Leti Dentada se quedase "perdida / hasta el fango he rodado / después que destrozaron / mi virtud y mi honor", y volvió a emplear el calzador para que cubriese (¿en sentido literal?) ¡las elecciones made in USA! Chúpate esa, Teresa.

Y lo siguiente que sé de mi Leti Dentada es que, tras un divorcio que está narrado paso-a-paso en la novela de su ex marido (una novela execrable, todo sea dicho), ¡¡¡¡¡¡va a ser algo más que reina: va a ser emperadora!!!!!! O sea, una Cenicienta contemporánea. La sucesora de Ladidí en nuestros corazones y nuestras teúves. La versión ad hoc de Eugenia de Montijo y María de las Mercedes, pero en un solo kit, el kit pashmina. ¡Y con todos sus dientes!

Y Yo me pregunto: ¿se los quitará para algo? Mmmmmm, seguro que sí.

Y esto me lleva de nuevo a esas sabias palabras del Gran Chambelán JA: "Qué caro estamos pagando las paperas que tuvimos cuando impartieron el módulo Fellatio y Campanilla, ecuación de éxito."

Amén, hermano.



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