Guillermo y Máxima de Holanda presiden su primer 'Día del Príncipe' como soberanos
Cientos de ciudadanos han vitoreado a los Reyes de Holanda y a los príncipes Constantino y Laurentien, que respondieron desde el balcón con sonrisas y saludando con la mano
Al igual que todos los terceros martes de septiembre desde 1848, este mediodía se ha celebrado en La Haya el llamado Prinsjesdag o Día de Príncipe, jornada en el que se inaugura ceremonialmente el curso político holandés, pero el de hoy era distinto a todos.
Pese a la lluvia y a las bajas temperaturas que predominaban en Holanda, el número de personas que han asistido desde las calles de La Haya al paso de los Soberanos en la llamada Carroza de Oro, un regalo de la ciudad de Ámsterdam a la reina Guillermina en su coronación, ha sido el más alto de los últimos años. La curiosidad por asistir al primer Día del Príncipe de los nuevos Reyes ha llevado igualmente a que las tribunas instaladas por el Ayuntamiento, hayan pasado de albergar 1.600 asientos a 2.500.
La capital holandesa se ha despertado engalanada con infinidad de banderas naranjas, en referencia a la familia Orange, y con ambiente de fiesta. Y es que este día clave en el calendario político holandés -su denominación se refiere al cumpleaños del príncipe estatúter Guillermo V (1748-806)-, ha servido a lo largo de la Historia para que los holandeses muestren su admiración a la Familia Real. Igualmente el Día del Príncipe tiene una gran relevancia política, ya que es el momento elegido por el Soberano para leer el Troonrede o Discurso del Trono, en el que el Ejecutivo, en boca del Jefe del Estado, da a conocer los planes, especialmente económicos, para el nuevo curso.
El Rey ha sido recibido por los representantes de la Cámara Alta (Eerste kamer) y la Cámara Baja (Tweede Kamer), en la Sala de Armas situada en la plaza Binnenhof de la capital de los Países Bajos y ha afirmado en su primer Discurso del Trono que existen indicios de que la economía mundial y, en concreto, la holandesa está en camino de abandonar el estado de crisis. El Soberano ha subrayado que es necesario prestar atención a las necesidades sociales de los ciudadanos. El discurso ha comenzado con un agradecimiento al parlamento y al pueblo holandeses por su cálida acogida como nuevo Soberano, y, especialmente, ha recordado a su madre, la princesa Beatriz.
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